sábado, 16 de julio de 2016

Cuatro Rayas Rojas

* Una mañana, sobre mi escritorio: una prueba de embarazo en blanco, un recipiente con orina y un cuentagotas.
* Tomo el líquido amarillo con el gotero y dejo caer un par de gotas en el receptáculo del test de embarazo rectangular.
* El papel se tiñe. Espero.
* Espero.

* Aparecen dos temibles rayas de color rojo.

* Recuerdo la última vez que vi a esa persona. Tomé su miembro sin preservativo y lo metí en mi vagina por impulso (cof cof por calentura). Qué digo, ni siquiera lo metí, no me dejó hacerlo; simplemente lo toqué con mis labios.
* Estoy tomando anticonceptivos. ¿Cómo tanta mala suerte?
* ¿Se lo digo o no se lo digo? Mejor no. No sé.

* Las dos rayas se transforman en cuatro líneas rojas, como si la prueba de embarazo se estuviera burlando de mi condición y del parásito que llevaba dentro.
* O las rayas se multiplicaban porque tal vez sean mellizos.
**(Jajaja, oh, no, por favor)**

* ¿Cómo conseguiría las pastillas hexagonales? ¿Dónde -en qué mercado negro- compraría el misoprostol y la mifepristona? ¿Me costará una fortuna?
* Sacudí el test con rabia, como si quisiera que tres de esas rayas desaparecieran. Lo desarmé.
**(¿Ha desarmado un test de embarazo, estimado lector? El "mecanismo" es tan simple que llega a sorprender; es sólo una tira de papel)**

* Pensé en utilizar el método Yuzpe, pero ya era demasiado tarde.
* Doy vueltas en mi habitación.
* Me desespero.


* Desperté de esa pesadilla cerca de las 10:00 horas, pero seguí durmiendo por 12 horas más.
* Es la primera vez que sueño con algo así.
* Busqué el significado del sueño, pero no me dice nada. Es lo mismo que dicen de todos los sueños.

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