Estoy cansada de no ser querida.
Cansada de la indiferencia, de la frialdad de los poetas sin corazón.
Estoy tan cansada esperar, y de esperar sólo migajas.
Desearía que lo que ocurrirá en un par de semanas más fuera un accidente.
Comenzó la cuenta regresiva (a pesar de que aún no tengo el día exacto).
Momento de tensión. Redoble de tambores.
Creo que "Un amor del bueno", de Laura Canoura, es la canción que más me ha gustado.
Es la canción con la que me siento más identificada. La que me ha tocado más la fibra.
La que empiezo a recitar y derramo lágrimas automáticamente.
Es impresionante el efecto que tiene esa canción en mí.
Hace algunas madrugadas la busqué y me encontré con una versión en vivo grabada el año pasado. El ataque de llanto al oírla fue instantáneo.
¿Por qué no me quiere?, no dejo de repetirme.
¿Por qué le dejé de importar?
Estoy comiendo duraznos en almíbar con un toque de lágrimas.
Qué gourmet.
Todo el dolor acabará pronto, es mi único consuelo.
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