Cinco horas y media llorando casi sin parar.
Debes detenerte y respirar. Aprovechar de respirar.
Mañana vas a donar sangre, y la próxima semana irás a la playa.
Te sentarás en la arena a llorar.
Sentirás el viento costero en tu cara.
El agua salada en tus mejillas y en tus pies.
Será una triste despedida.
¿Cómo pude imaginar que él querría acompañarme?
¿Cómo pude pensar en algo tan imposible?
¿Cómo pude ilusionarme tanto (otra vez)?
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