El ataque de llanto de ayer me dejó deshecha, desganada y sin fuerzas para moverme.
Ni siquiera tuve ganas de escribirle a esa persona por la mañana.
Me puse a llorar en la ducha hoy.
No paro de llorar.
Que alguien detenga esto, por favor.
Debo respirar.
Inhalar y exhalar.
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