* Si tan sólo le hiciera caso a mis propias palabras.
* Gobiérnate. Contrólate. Domestícate.
* Pero no...
* A la primera (o a la segunda), le contesto a sus necesidades.
* Sí, estimado lector.
* El caballero me contactó por Facebook (sin agregarme como amiga), sólo para que le enviara información académica.
* En ese entonces, hace un par de días, era mi segunda noche sin dormir, y aún tenía mucho mucho trabajo por hacer.
* Pero, como una idiota arrastrada, prendí mi computadora y le envié todo el material académico que solicitaba.
* Y a la mañana siguiente, obtengo sólo un simple "muchas gracias Wai, te pasaste". Y fin de la conversación.
* ¿Y qué querías que te respondiera?
* ¿Que te invitara a una cita?
* ¿A un paseo al parque?
* ¿A una visita guiada a su departamento de soltero?
* ¿A una visita acompañada a su cama?
* Pff.
* A veces pienso que debería decirle todo.
* De mis sentimientos locos que empezaron hace cinco años.
* ¿Recordará cuando le dije algo como: "Deberían existir más hombres caballerosos como tú"?
**(¿Eso es para ti un intento de declaración de amor? Por favor, no me hagas reír)**
* Ay...
* A veces lo veo a unos treinta metros de mi sala de Taller.
* Siempre acompañado.
* Siempre intercambiando palabras con sus compañeras.
* Lo observo por unos segundos, pensando si sería bueno ir a saludarlo...
* Y me voy, triste.
* Pero mientras toda esta angustia continúa, leo y re-leo estos fríos mensajes que me niego a archivar.
**(Suena "Todo", de Los Barracos)**
Más o menos a su misma edad y hace un montón de años, me pasaban cosas parecidas. No sabe cómo me transporta su texto, Wai.
ResponderEliminar