* El algodón de azúcar no sirvió de nada.
* Regresé a casa llorando desde la mitad del camino en el microbús.
* Me pregunté muchas cosas. Me bombardeé de preguntas.
* En realidad, no eran preguntas para mí.
* Pero quién soy yo para sentir esto. Quién soy yo para reclamar.
* Es imposible no pensar.
* Al final, todo pesa.
* Todo es tan triste, tan inútil.
* Y seguiste llorando todo el día. Por favor, basta. Ya no llores.
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