jueves, 17 de marzo de 2016

Los Regalos Inútiles

* Para distraerme, o intentar distraerme, decidí hacer algo de trabajos manuales.
* En la madrugada de ayer, el tiempo pasó lento para mí. Demasiado lento.


* Verdaderos ataques de ansiedad estas madrugadas.

* Eran alrededor de las 2:00 (de la madrugada) de hoy. Yo estaba en la cocina cortando patatas para hacer unas papas fritas francesas con salchichas, mientras mi hermana preparaba una sopa instantánea.
* Ella se dio cuenta del moretón:
-¿Qué te pasó en el brazo? ¿Con qué te golpeaste?
-No me golpeé.
-¿Quién te golpeó?
-Nadie (risas nerviosas).

* Yo quería que él lo viera.

* A nadie le importa.

* Me gusta hacer regalos inútiles. Me sentía bien así.
* Mmgh... A nadie le importa.
* Son de esos regalos que terminan acumulando polvo en lo alto de alguna repisa, o en el fondo de algún cajón, y cuyo envoltorio es (tal vez) guardado y reutilizado para otro obsequio.

* ¿Te das cuenta de que, casi inconscientemente, estás siendo una copia barata de lo incomparable, otra vez?

* Al final, todo se reduce a esa persona.
**(¿Y no te cansas?)**
* Es preocupante.

* ¿Lo sabrá? Lo dudo.
* Quería hacerle algunas preguntas inútiles.
* Pero me evita otra vez. Me destruye (y yo dejo que lo haga).

* La insatisfacción se convirtió en tristeza y resignación.


* ¿Para qué fueron los regalos inútiles? ¿Para que alguien, algún día, haga lo mismo por mí?
* Ja, sigue soñando.


* Empieza a hacer frío, estimado lector.

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