sábado, 21 de marzo de 2015

La Muerte Rosa

* En una cafetería, ella se sentó sola en un sillón, entre grupos y grupos de gente acompañada. La mayoría eran parejas.
* Había obtenido un cupón de un café gratis allí. Sólo fue por un café.
**(Esto no tiene ninguna relación ni referencia a la canción de Ricardo Arjona, que quede claro)**
* A través del ventanal, miraba directamente el cerro San Cristóbal a lo lejos (nunca tan lejos, ah).
* Quería ubicarse en uno de los puestos más cercanos al cristal, pero no pudo lograrlo; lo había ocupado una pareja que se dedicaba a besuquearse.
* Santiago de Chile atardecía y obscurecía.
* "Spleen" le dicen algunos románticos. Yo solía llamar a esos paisajes "la muerte rosa".
**(Leí ese título en un periódico hace más de diez años, presentaban una novela de Raúl Sohr, y me quedé sólo con el nombre en mi cabeza)**

* Eso de colocar mesas redondas para que nadie se sienta solo es una total mentira, tanto lo de no sentirse solo como lo de las mesas redondas; las mesas eran cuadradas, y alrededor de ellas, cuatro silllones cuadrados. ¡Pff...!
* ¿Cómo no sentirse sola así?
* ¿Por qué las parejas no ocupan las mesas cuadradas, y dejan las redondas para la gente sola?
**(Oh, cuánta tontera estoy escribiendo...)**

* Había una pizarra negra con un texto. Se trataba de algunos versos del Poema XIV de Pablo Neruda.
* Ese que dice al final: "Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos".
* Y el mensaje después: "Feliz día del amor".
* ¿Por qué la cafetería la hundía más en su soledad?
* ¿No era que debían hacer que los consumidores no se sintieran solos?

* En ese momento, al leer la última línea de la pizarra, ella tuvo muchísimas ganas de llorar.
* Como método de escape, como una salida de emergencia, sacó su cuaderno borrador y empezó a rayar.
* Siempre hay riesgo al abrir ese cuaderno en público, jajaja...

* Se sintió observada entre la gente. Como siempre.
* Sin embargo, siguió contemplando las luces nocturnas de la ciudad.
* Quería seguir disfrutando de un momento que no sabría cómo describir, pues no había sido una buena jornada. Estaba cansadísima, se había quedado dormida en el bus durante todo el trayecto desde la universidad hasta la cafetería. No había comido nada en el día, ni desayuno ni almuerzo, sólo un dulce, un caramelo de menta "Alka" que tuvo por más de cuatro años de algún motel barato del barrio Brasil (al fin desapareció ese dulce, ya era hora).
* Pero algo la tuvo con una sonrisita esporádica desde la noche anterior.

* No es un enamoramiento feliz, lo tiene claro... ¿O no? ¿O es tan tonta como para no entender las cosas?
* Esto no puede ser un enamoramiento feliz.
* ¿Por qué se alegra, si sabe que es imposible?


* Aprovechó de comprar chocolates.
* Siempre es bueno tener chocolate en un cajón del escritorio, para las eventuales y muy posibles penas de amor no correspondido.
* También compró y probó por primera vez los dulces de regaliz.
* Impulsividades tontas de siempre.

* A las 20:37, ella salió del edificio. El aire estaba denso y caliente, no exagero.
* Llegó a su casa más desganada que antes. Seguía sin tener hambre.



* Ya van seis uñas rotas y los dedos rotos.
* Apuesto a que para la tarde del próximo lunes habrán por lo menos dos heridas sangrantes en sus manos.
* ¿Por qué no dejas de automutilarte?

* Si yo fuera otra persona, me compadecería de mí.
* Te azotarás muy fuerte. Te romperás toda; toda la cara, todos los huesos, explotarán tus vísceras, pobrecita...

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