domingo, 6 de septiembre de 2015

Portazo

* Temo seguir esperando y que nadie me encuentre.
* Creo que ese es uno de los miedos más grandes que tengo.

* "Porque, claro, usted podría crear otro espacio virtual, con un perfil falso, y publicar allí algunas fotos medio subidas de tono, y tener cientos de seguidores babeando. Pero esa no sería usted."

* Y sólo espero.
* No hago otra cosa que sentarme a esperar, mientras vomito más palabras en este miserable blog.

* Ojalá fuera fácil olvidar.
* Ojalá no tuviera estas locuras tan metidas en la cabeza.

* ¿Qué debo hacer?
* Dígame, estimado y fiel lector, ¿qué debo hacer? Dígame cualquier cosa, y yo lo hago.




* Sería una situación muy loca, loca y patética:
* Con la voz quebrada, los ojos llorosos, en la puerta de su casa - Hola, vine para mostrarte un dibujo que hice. Tenía que hacer esto. Y también vine para aclarar mis dudas. ¿Me invitas a pasar, y nos tomamos un café? Sé que ya casi no es invierno, y que este café no significará nada para ti, pero... Ay, no sé qué estoy haciendo.
* Abro mi borrador anterior, con movimientos torpes - Mira, estaba leyendo una de tus historias, y me quedé pegada en una frase. Una sola línea, sólo dieciocho palabras bastaron para que me imaginara toda una escena llena de gracia en mi tonta cabeza.
* Le extiendo mi borrador, con una semi-reverencia, semi-avergonzada - Si quieres, lo puedes revisar. Sé que no pasará nada. Sé que no tengo oportunidad contigo. Siempre serás lejano e inalcanzable; que sólo podré darte risas momentáneas, y en el mejor de los casos, satisfacciones efímeras. Pero si tan solo te pudiera hacer compañía...
* ¡BLAM! Borrador lanzado al suelo. Puerta en la cara - Ándate o llamo a los carabineros, loca de mierda.
* ¿Y ahora qué? Me alejo unos pasos. Las piernas me tiemblan. Encuentro un lugar para comenzar a llorar. Pasan varios minutos, intento calmarme. Voy a una parada de microbús, y me dirijo al otro extremo de la ciudad. Lloro durante todo el camino. Bajo de la micro. Me pierdo otra vez en pasajes.

* Vaya, lo tengo todo calculado. Qué ridícula.
* Si lo hago, debo recordar llevar pañuelos desechables. Recuérdalo, recuérdalo.

* Ojalá después de eso, alguien viniera a asaltarme, a violarme y a matarme. Lo último es lo más importante.
**(Bueno, lo de la violación mejor no)**




* ¿Le conté que me quemé otra vez con un cautín?
* Esta vez fue con un cautín más potente, era de mi compañera de Taller.
* Me quemé en una parte sensible de mi mano, por donde se ve que pasa una vena. El dolor fue instantáneo, pero la quemadura es menos profunda que la primera vez.



* Tengo un borrador nuevo. Lo estrené hace una semana.
* Pensaba que no iba a escribir tanta tontería, pero sigue siendo lo mismo.
* Rayo las mismas cosas, una y otra vez.

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