viernes, 27 de febrero de 2015

Los Desconocidos Hirientes

* ¿Se ha encontrado con esas personas que "lo quieren todo ahora, ya", estimado lector?
* Y con "lo quiero todo ahora, ya" no me refiero a esa cosa semi-impulsiva, sentimental, romántica, sexual, entre quejumbrosa y graciosa (como suele pasarme en mis ataques de inmadurez, aunque no resulte gracioso para mí, jaja); sino a esas personas que cuando no tienen las cosas "ahora ya" se desesperan y se ponen agresivas (no sé si con intenciones de serlo).



* El verano pasado, en estas mismas fechas, ocurrió lo siguiente -y mis estados de Facebook son testigo, ah-...
* Yo me encontraba en el pseudo-trabajo (pseudo-remunerado), reemplazando a Marité.
* Usted sabe cuánto miedo tengo de atender llamadas telefónicas, ¿cierto? Podría ser hasta una fobia mía.

* Un cliente llama, ya no recuerdo para qué... Me pide las cosas "de buena manera", y se dirige a mí por mi diminutivo.
* Me sentí incómoda ante la situación (tal vez porque no puedo relacionarme con hombres como la gente normal, no lo sé).

* Unos días después, vuelve a llamar el mismo cliente para preguntar por el precio de un producto-servicio.
* Yo me encontraba sola en la oficina. Mi padre había salido a hacer unos trámites.
* Mi padre me había dicho que regresaría pronto, y que, si llamaba ese señor preguntando por algún precio, no le contestara aún, hasta que él volviera.

* Cliente - Oiga, hace más de dos horas que la llamé; usted me dijo que me enviaría un correo, y aún no me llega ninguna cotización.
* Yo - Don (nombre del cliente), lo que pasa es que el jefe no está, y necesito consultarlo con él. ¿Puede esperar unos minutos más, hasta que él vuelva, en menos de media hora?
* Cliente - ¡NO! No puedo esperar. ¿Usted es la hija del jefe?
* Yo, casi con la voz temblorosa - S... Sí, soy la hija.
* Cliente, lanzando un suspiro de fastidio - Bueno, a seguir esperando...
* Y cuelga el teléfono pesadamente de un golpe.

* Me destrozó anímicamente.
**(Y eso de preguntarme si era la hija del jefe, por supuesto, me lo tomé como algo personal)**
* Ahí me puse a llorar, obvio.
* Estaba sola en la oficina. Nadie podía verme (lo cual era a la vez un alivio).

* Cuando regresó mi padre, le dije que el tipo había llamado algunas veces y que estaba muy molesto.
* Mi padre no le dio mucha importancia.
* No era mi culpa, ¿o sí?
* Digo, estoy consciente de que soy yo la que no sabe entablar conversaciones para persuadir y hacerle entender las cosas, pero no sé si haya sido toda la culpa mía.
* Y sin embargo, de todos modos, al enviarle por fin el correo electrónico, tuve que disculparme por la demora (por cortesía, claro. No quisiera que mi padre perdiera un cliente frecuente).



* Este año, el día de ayer, ha vuelto a ocurrir.
* El mismo cliente, llamando insistente por teléfono.
* Al preguntarme por asuntos técnicos de los productos, de los cuales no tenía idea, opté por darle con un técnico (valga la redundancia) que sin duda tenía más labia que yo.
* Estuvieron conversando por teléfono algunos varios minutos, aclarando dudas, recopilando datos, y cosas así.
* Luego de la llamada, el técnico se quedó al lado mío, explicándole la situación a mi padre.

* Suena el teléfono.
* Yo atiendo la llamada, debo hacerlo - (Nombre de la empresa), buenas tardes.
* El cliente dice algo que no alcanzo a escuchar, pues el técnico y mi padre seguían conversando a mi lado, con voces fuertes de hombre.
* Reparo - ¿Perdón?
* El cliente repite lo que dijo, pero esta vez con un tono burlesco, como diciéndome que era una tonta sorda y lenta. Era el mismo hombre que había llamado minutos antes.

* Lo dijo con el mismo tono sarcástico de la onomatopeya "duh...".
* ¿Ha notado cuán hiriente es ese sonido?
* La gente que habla así con desconocidos por teléfono, ¿lo hará con intenciones de herir al otro (a un desconocido)?


* Ahí dejé de escuchar música, y de revisar Facebook, y de comer, y de tomar agua, y de ir al baño por el resto de la tarde laboral.
* Y casi me puse a llorar otra vez, como hace un año.

* ¿Por qué soy tan hipersensible?
* ¿Por qué soy tan fácil de dañar?


* Mi padre, al verme algo desanimada, dijo que ese cliente era un "patudo".
* También dijo que Marité opinaba que el tipo era un "estúpido".
* Al escuchar la palabra "estúpido" con el acento español-achinado de mi padre, solté una risita.




* Tengo otras cosas de las que podría (quiero) escribir, pero tal vez mañana, o pronto.
**(Aunque sería mucho mejor no escribirlas)**

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