domingo, 30 de agosto de 2015

Calabazas de Septiembre

* ¿En qué momento se me ocurrió que yo podría?
* ¿Que yo sería capaz de coquetear, conmover, conquistar?
* Ese anheladísimo tres por ciento sólo se dio por cierta cercanía/facilidad geográfica. Nada más.
* Explico: Si esa persona viviera en otro país, o incluso en otra ciudad de Chile, ese porcentaje baja automáticamente a cero.

* No dejo de sentirme idiota y ridícula.
* ¿Hay otra palabra para describirme?
* Sólo estoy haciendo el ridículo acá.


* Yo quería que sucedieran cosas, más coincidencias, más intercambios de letras. Yo quería que estos sentimientos siguieran elevándose (¿en serio?), porque se me ocurrió, no sé cuándo, que algún día podrían cumplirse las fantasías.
* Ahora las invocaciones sólo sirven para hundirme más.
* Sólo para explotar en lágrimas inmediatamente después de la masturbación diaria (o casi diaria).


* Cuando tocamos uno de esos temas, en el mes de abril, le dije mentalmente, más bien se lo grité (mentalmente): "¡Deja de hacerme fantasear!"
* Pensé que nunca despertaría. Quería seguir soñando.

* Cielos, ¿por qué esto está sucediendo justo ahora?


* Pobrecita...
* Tan enamorada y tan rechazada e ignorada.
* Tan llorona siempre.

* Ay, ¿cuándo pasará esta angustia?
* ¿Y qué pasará después?



* Ahora imagino que me llega un mensaje aclaratorio y explícito, un rechazo amoroso no camuflado. Algo muy parecido a la dedicatoria de hace seis años: "Ya no quiero seguir siendo Pinkerton frente a Cio-Cio San. Yo sólo puedo ofrecerte amistad."
* Si eso sucediera, por favor, que sea después del día jueves 3 de septiembre (día del examen de Licenciatura). Así podré tener dos semanas para llorar libremente.
* Nunca sabré tener amigos.

* Septiembre es un pésimo mes. Siempre lo ha sido.
* Septiembre es el mes de los rechazos, y del trastorno afectivo estacional, y de la más triste soledad.

* Qué imbécil he sido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario