domingo, 23 de agosto de 2015

Umbral de Dolor

* Ayer me quemé por primera vez con un cautín. ¿Se ha quemado así, estimado lector?
* Estaba trabajando en la universidad con mi compañero de Taller.

* En un descuido (vaya descuido) me quemé el dedo del corazón y el índice de la mano derecha.
* Ya no recuerdo qué sonido hice para manifestar dolor. Es que "todo fue tan rápido", como dirían las personas luego de un hecho traumático. Espero que no haya sido uno de esos gemidos sexuales.
**(Risas)**
* Sé que no grité, de eso estoy segura. La única situación en la que sé gritar es... Bueno, usted lo sabe, estimado lector.

* Compañero de Taller - ¿Qué te pasó? ¿Te quemaste?
* Yo - Me quemé -. Le muestro mis dedos con la piel blanca y tiesa de recién quemada.
* Compañero de Taller - Te va a salir una ampolla. Anda a mojarte la mano.
* Yo inhalo y exhalo, inhalo y exhalo, para controlar la sorpresa. Una quemadura así me había sorprendido más que dolido.
* Compañero de Taller - Suelta el cautín y anda a mojarte, Wai. Te va a salir una ampolla -. Me repite preocupado.
* Yo - Estoy bien, estoy bien, ya pasó.
* Me preparo para continuar trabajando, sin dejar de observar la quemadura blanca y rígida, de un centímetro de diámetro, en mi dedo medio.

* Compañero de Taller - Tu dedo quedó como pollo. Como pollo frito.
* Yo - Qué rico.
**(Risas)**


* En el momento del accidente, el dolor no fue desagradable.
* ¿Así se sentirá ser marcada por un hierro candente?
* Si es así, hasta me gustaría probar eso alguna vez.

* Una hora y media después, cuando eran alrededor de las 22:40, iba en el microbús camino a casa, y el dolor de los dedos era ya molesto.
* No dejaba de mirar mi dedo quemado.
* Tuve esas ganas de automutilación, de rasgarme la piel (ja, como si no lo hiciera).

* Ya se me formó una ampolla grande y a veces dolorosa.
* Luego, cuando me vaya a bañar, sé que me dolerá más, porque me ducho con agua caliente, que para algunos lectores de este blog, es hirviendo.
**(Estoy repitiendo cosas que ya he escrito)**


* El asunto es que he tenido ampollas así en los pies (por esos zapatos, benditos zapatos apretados de taco alto...), pero creo que ninguna me había dolido como la de la mano.
* Quizás se trate de algún punto débil.
**(Qué tontera estoy escribiendo)**

* Antes, años atrás, cuando era una adolescente, tal vez no me habría quejado como lo hago ahora.
**(¿Me estoy quejando acaso?)**
* Se me ocurre que mi umbral de dolor ha bajado considerablemente.
**(¿Hay algún mensaje escondido aquí? ¿Falta de práctica?)**


* El asunto es que ahora soy más niña, y quiero que alguien me haga cariño. Que me diga: "Ya pasó, nanai, sana sana" (¿qué?), y me tome la mano y me bese las heridas.
* Es imposible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario