miércoles, 26 de agosto de 2015

De Astolat a Camelot

* Me siento tan ridícula escribiendo de esto.
* Tan inútil. Tan sobrante.
* Qué equivocada me siento.

* Lo más triste de todo es que esto continuará así.
* No puedo hacer nada para cambiar esta situación.
* Él seguirá en lo suyo y no sentirá nada por mí, no podría, no lo lograría aunque quisiera.

* Pareciera que el sueño en escala de grises se hizo realidad...


* A propósito de sueños, ¿le puedo revelar uno que tuve el día sábado 17 de enero de este año?
* Fue un sueño muy breve:
* Estaba melosa junto a esa persona, quizás en una cama.
* Me dijo que había pensado en mostrarme una imagen de él, antes de conocernos en persona.
* Me besó en los labios dulcemente, y me gustaba.
* Le pregunté por qué no se había mostrado en fotografías antes: "¿Y por qué no lo hiciste?", así.
**(Fin del sueño)**

* Luego de eso, al despertar, me pregunté si sería premonitorio. Deseé que lo fuera.
* Fue un sueño bonito.


* Ahora nada tiene sentido.
* Sentir esto es tonto, y escribirlo es más tonto aún.
* No he dejado de llorar. ¿Se me nota mucho?
* Cada vez que venga a escribir de esto, me sentiré igual de tonta que en este momento.


* Ahora él se vuelve mucho más inalcanzable.
* Y yo me siento tan evidentemente arrastrada. Más arrastrada que nunca.
* Nunca había sido tan arrastrada (usted es testigo, estimadísimo y fiel lector).
* Puedo serlo aún más. Siempre me puedo rebajar más (¿en serio?), pero sé que no lograría nada así.
* Se me está yendo la vida en esto.



"The Lady of Shalott" (1888), de John William Waterhouse.


* Soy una dama de Shalott cualquiera, enfrentándose a su abismo.
* El espejo se quebró.
* El barco fluye lentamente llevando también los telares (¿mi borrador?), y las velas se van apagando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario