lunes, 24 de agosto de 2015

Domingo en la Universidad

* En la universidad un día domingo.

* Fue como si estuviera flotando, pero de pronto apareciera una cuerda amarrada a mi tobillo y me lanzara a tierra.
* Me azoto otra vez la cara contra el piso.

* No sé qué estoy haciendo.
* Lo estoy haciendo todo mal.
* Mi percepción se descompone, se deteriora.
* ¿Cómo me pasó esto?
* ¿En qué momento existió ese famoso 3%?
* Ese 3% no existe, carajo. ¿Por qué no puedo entenderlo?


* No me mires, le digo mentalmente a mi compañero de Taller (que se encontraba a mi lado), me voy a poner a llorar.
* Debí ir corriendo al baño, y encerrarme en un cubículo.
* Pero no. Logré contenerme en la sala, aunque mis ojos no dejaron de estar húmedos. Me palpitaban.

* Maldita tecnología.
* ...Es que ya no sabes a qué más culpar.
* Si tan solo no existiera internet, ni las páginas de relatos, ni los blogs (incluyo este, a modo de suicidio). Si tan solo no lo hubiera conocido. Si tan solo hubiera sido (y fuera) menos evidente y más miedosa.

* Me fui llorando todo el camino en el "bus de morfeo". Tal vez la gente me miraba raro (qué novedad).
* Me fui mirando por la ventana mientras no paraba de llorar.
* Me hubiera gustado aguantarme en la micro, pero no pude.
* Se me caían las pesadas lágrimas, verdaderos goterones de agua salada.


* Llegando a casa, me encerré en mi habitación a obscuras.
* Hace más de seis meses que no explotaba en llanto así.
**(Ese de ardor y adormecimiento en la cara, oídos tapados, dificultad al respirar, y otros síntomas que he escrito y que usted debe saber de memoria, estimado lector)**

* Es que soy tan débil, ¿por qué nadie cree eso?
* No creo que las personas sean inclementes intencionalmente. Tampoco creo (y tampoco quisiera creer) que "juega con mis sentimientos".


* Cielos... Qué equivocada estaba, y lo sigo estando, y lo seguiré estando.
* No sé si "equivocada" es la palabra. Más bien, "puesta en ridículo".
* Y no quiero, de verdad, no quiero.
* Me siento realmente ridícula escribiendo de esto.


* Me incapacitó. Me desarmó.
* Ya no sé qué hacer.

* Cuando lloraba así, hace algunos años, alguien me decía con su voz fría: "¿Qué pretendes con esto?"
* Ahora yo misma me lo pregunto.



* Y aquí, las verdades incuestionables de hoy:
**(Las pensé cuando caminaba desde la universidad hasta el paradero de buses)**

- Todos queremos ser amados.
- Nadie quiere sufrir por sufrir.
- Yo estoy enamorada.
- La persona que me gusta nunca corresponderá a mis sentimientos. Y si eventualmente lo hace (como por milagro), no sería lo mismo, no será en la misma medida.

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