domingo, 31 de mayo de 2015

El Bus de Morfeo

* Advierto que esta entrada será banal.
* Si tiene cosas más interesantes que hacer, estimado lector, hágalas y no pierda el tiempo leyendo esto.
**(Risas)**

* Tan banal que comenzaré con un chiste que escuché anoche en la televisión:
-Señor, ¿me vende un ramo de flores?
-Sí, claro, ¿qué está buscando específicamente?
-Follar.

* ¡Jajajajaja~!



* Anteayer por la tarde-noche, regresando a casa, me quedé dormida en la micro.
* Anteayer, que andaba tan bien (o menos fea que otros días, así me sentía).
* Despierto, y medio confundida, noto que ya había pasado el paradero donde tenía que bajar.
* Lo primero que atino a pensar es: "Si hubiera seguido dormida, terminaría cerca de su casa".
* Qué tonta pensar eso en esas situaciones.

* Por esto, y por otras cosas, digo que ojalá los lugares no fueran espaciales.
**(Y pienso que en el futuro los lugares serán menos espaciales que ahora, más virtuales y menos reales, y será una pena)**

* No quise pensar y tan solo lo dije sin imaginármelo mucho.
* Pero fue inevitable fantasear con esos detalles.
**(¿Detalles?)**


* No es la primera vez que se me pasa el paradero (por quedarme dormida) en un bus de ese recorrido regresando a casa.
**(No revelaré el número del bus, para no ser tan evidente, pero se puede adivinar, porque no sé ser menos evidente)**
* Le cuento, aunque dudo que le interese...

* La primera vez fue en el año 2010.
* Ya había obscurecido, eran como las 20:00 ó 21:00 horas.
* Despierto, y no tenía ningún punto de referencia. Además, era una de las primeras veces que tomaba esa micro.
* El paisaje era completamente desconocido, y ni siquiera sabía en qué calle estaba.
* Dejo pasar varias paradas esperando a que ocurriera un milagro (risas), hasta que lentamente aparece una luz roja; era la señalética de una estación de Metro. Salvación. Nunca antes (y nunca después) estuve tan agradecida de andar en metro como esa noche, jajaja.

* La segunda vez fue en el año 2012.
* Era primavera y con mi grupo de trabajo habíamos decidido que nos separaríamos para ir a visitar distintos edificios de Luciano Kulczewski.
* A mí me tocó ir sola (para variar) a ver una casa en cierta avenida de la comuna de Macul.
* Era una tarde soleada de primavera.
* Despierto y no me sentía muy bien, estaba medio mareada. No sabía si ya había pasado el edificio que tenía que visitar y tampoco sabía si ya había pasado la estación de Metro.
* Espero un rato, y decido que lo mejor (no sé si lo mejor, pero el camino más fácil para llegar a esa casa) sería bajarme del bus, cruzar esa avenida, y devolverme en un mismo bus con el recorrido inverso (¿se entiende?), hasta llegar a algún punto de referencia.
* Bajo, y me encuentro con la misma estación de Metro, como si se hubiera aparecido de la nada.
* Atravieso la calle, camino hasta el paradero más cercano, y veo que la micro no pasaba de vuelta por ahí. Terminé subiéndome a otro bus (que también atravesaba esa avenida), y pude llegar finalmente a la casa que había hecho Kulczewski.
* Al regresar a casa, esa tarde-noche descubrí que tenía 39,5 grados de fiebre, y por eso no me había sentido bien en la micro. Cosas que pasan.


* Lo felicito, estimado lector, por haber leído la basura anterior.
**(Risas)**

* Tengo un pésimo sentido de orientación.


* Si algún día va en la micro y se encuentra con una asiática durmiendo cerca de la ventana, es muy posible que sea yo. Sea bueno y despiértela.
* O no sea tan bueno, y abandónela a su suerte por ahí.
**(¿Qué?)**

No hay comentarios:

Publicar un comentario