domingo, 3 de mayo de 2015

"Yo la Cuidaría"

* Hoy, en el paradero más cercano a casa, alrededor de las 11:00, estaba yo esperando el microbús.
* Corría viento frío, y era agradable.
* De vez en cuando es bueno sentir frío, o quizás sólo a mí me gusta sentir el tiempo después de la lluvia.
* Un hombre de unos cincuenta años, que llevaba puesto un suéter y una parka, camina hacia mí.
**(Pero la verdad es que nunca he sido buena adivinando edades)**
* Debo señalar que yo estaba vestida bastante neutral (¿como siempre?) de tonos grisáceos, y sin escote. Nunca me verá con ningún tipo de escote, al menos no en público.
* Uno de los "piropos" más perturbadores y raros que he recibido:

-Oiga, abríguese que hace frío. Tápese un poco aquí en el cuello. (Abríguese que hace frío, abríguese que hace frío, bla, bla, bla...) ¿Hace cuánto que está en Chile?- Me dice el señor.
-Hace quince años- Contesto, intentando callar al tipo. Aunque la verdad es que he estado algunos años más.
-¿Quince años y aún no aprende (los cambios del tiempo)?- Responde, y me siento casi ofendida con lo que dice -. Hace frío, así que tápese ahí el pechito. Abríguese. YO LA CUIDARÍA, pero... Abríguese- Y se va.


* Casi tan perturbador como estar sola con un taxista a las 3:30 de la madrugada.
**(Algún día le contaré ese episodio, algún día)**

* Pero claro que no lo dicen con mala intención.
* Bueno, bueno. Yo soy la ingenua que cree eso.

* Cuánto me gustaría que lo que me dijo el taxista o el hombre del paradero, me lo dijera alguien que me gusta.
* "Yo la podría llevar a conocer Chile. Tengo una casa en la playa, en Viña, y podría llevarla allí (...). Es que usted es tan bonita e INTERESANTE", fue parte de lo que me dijo ese taxista hace algunos años.
**(En ese momento de verdad pensé que me secuestraría, jaja)**

* Siempre he querido eso (¿que me secuestren?); que alguien me muestre Chile. Y no estoy pidiendo un mapa andante, sólo alguien que sepa un poco más que yo de Santiago (que no es mucho).
**(Alerta, alerta. Despechada a la vista)**
* Algún día, iré sola a visitar el Museo Histórico Nacional, y subiré esos siete pisos en escalera para llegar al mirador.
* Qué triste ir sola a un museo.



* Ocho horas después, tras haber estado tiritando durante media tarde sentada en medio de un patio de la universidad, pienso que debí hacerle caso al hombre del paradero.
**(Carcajadas)**

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