domingo, 15 de noviembre de 2015

Eso No Se Pregunta

* No puedo competir.
* Mis noventa no iban (y nunca van) a ganar contra esos ciento veinte.
* No me preguntes eso. Eso no se pregunta. Cuando ya has estado en el paraíso, nada más te puede satisfacer, y menos yo, que soy tan insuficiente.
* La de púrpura estuvo presente todo el día. Tuvo que ser por el viernes trece, tal vez.
* Aunque suene obvio, y suene a lo de siempre, me atormenta.


* Lo único que pensé en ese momento, para intentar calmarme y detener mi patético espectáculo, era en lo que me había dicho un amigo hace un par de meses: "Y si me permite, en todo caso, usted tampoco es la persona más soltera emocionalmente del mundo (sí, tiene relación con algo que empieza con "V")."
* Pero no me sirvió para nada. Fue un pésimo auto-consuelo, y me puse a llorar más aún, mucho más triste.
* Ese Víktor no es real, sólo está en la imaginación de una niña de once años (vaya, cómo ha pasado el tiempo).
* Nada me podía sacar de ese estado.

* Ya todo daba igual.
* Su mínimo poder de decisión se había vuelto nulo.
* Ya no tenía fuerzas para moverse, para corresponder a su abrazo, y menos para hablar.
* Sólo quería morir, y aún lo desea.
* Fue su culpa, nunca debió preguntar. Fue de masoquismo puro.
* "Tengo ganas de morir", le habría dicho si le hubiera quedado algo de energía.
* Tengo ganas de morir.

* A la mierda esta nobleza de mi parte, yo sólo quiero morir.
* ¿A quién le estoy reclamando?



* Y no ha dejado de llorar.
* La chica veía una película que él le había recomendado, y de la nada se pone a llorar.
* Estas horas de madrugada son las peores, las más crueles, las más implacables.
* ¿Madrugada? Pero si son las siete de la mañana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario