viernes, 6 de noviembre de 2015

Mil Cortes

* Aquel día, tres sílabas salieron dulcemente de sus labios. Lo pude ver y escuchar en cámara lenta, prometo que fue así.
* Si pudiera describir su tono de voz y el amor con que entonaba esa palabra.
* Cada una de esas sílabas era un cuchillo que se me clavaba. Se abría paso en mi piel, mi carne, mis nervios.
* No sé si se habrá dado cuenta -tal vez sí-, que sangraba por esas puñaladas que me había dado. Hasta le lloré sangre.
**(Ay, qué exagerada)**

* La primera sílaba, es decir, el primer puñal, se clavó directo en mi corazón. Claro, era de esperarse.
* La segunda sílaba-daga, se fue a mis ojos. Y me pareció que nunca había visto las cosas con tanta claridad, sólo por un instante. Inmediatamente después, vino una ceguera que se mantiene hasta el día de hoy.
* La tercera sílaba-navaja es la más lenta en hundirse. Me mutila lentamente; a menudo siento las heridas. Es como esa tortura china de la muerte por los mil cortes.


* Tormentas de madrugada.

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