viernes, 6 de noviembre de 2015

Sadako

* Siempre yendo al lugar que no debería.
* Se trata de un lugar en el que tal vez no soy muy bienvenida, y que me enrostra que yo soy la parte sobrante; que yo soy algo así como "la otra".


* Y por esto es que no puedo, o más bien, no debo creerle.
* Si le creo, me hundiré más, o me elevaré más, y ya no podré salir del pozo, y la caída desde las alturas será mortal.
* Sí, soy la niña que se metió sola en un pozo.
* Si le creo, ya no habrá salida.

* ...Pero le creo, y no paro de creerle.

* Me gustaría llorar a gritos, botarlo todo, pero no puedo, no me resulta. Siempre queda algo.
* Ese "algo" está atorado en mi garganta y hace que el esternón me pese.


* ¿Entenderá esta dependencia?
* Algo me dice que no, y que tampoco le importa mucho.
* ¿Con qué palabras...?


* ¿Cómo pude estar tan feliz hace sólo un par de días?
* ¿Será una patología mental, o sólo las hormonas revolucionarias?

* Yo misma me respondo: Estás tonta porque te falta sexo, siempre ha sido así. No me haga caso, estimadísimo lector.

No hay comentarios:

Publicar un comentario